Cuando Fabian Manrique dobló en la última vuelta en los 3000m del meeting de Bélgica, el 31 de agosto de 2018, debió pensar de todo y a la vez en nada. Desde una pausa durante su pretemporada en Cachi cuenta que cuando tiene bajones -que los tiene- piensa, a su vez, en todo lo que logró en el último año: “Cuando necesito cambiar mi cabeza y buscar motivación para seguir entrenando, me pongo a repasar todo lo que logré y lo mucho que me costó llegar hasta ahí. Recuerdo lo que viví en Europa y es allí cuando me doy cuenta del gran salto que di en mi carrera deportiva”. Manrique sabe que su nombre -y sus tiempos- ya están entre los mejores de la historia del atletismo argentino, con el décimo mejor registro argentino absoluto en 1500m (3:45.19) y el cuarto para los 3000m, con 7:58.97, ambas plusmarcas logradas precisamente en su gira europea de 2018.
A los 24 años recién cumplidos, Fabian habla con una madurez sorprendente que a la vez es propia de los grandes atletas que llegan al olimpo de los mejores en su disciplina, un potencial que con sus últimas actuaciones confirma cada vez más. Por cuestiones coyunturales propias de un país al que le cuesta encontrar protagonistas y financiamiento fuera del fútbol y donde el aporte del estado es cada vez menor (La Secretaría de Deportes convertida en Agencia, por caso), la historia de Fabian Manrique, como la de muchos, hizo eco más por su lucha fuera de la pista que adentro de ella. Se supo, por ejemplo, que primero jugó al fútbol, que no tenía para comer, que trabajó durante toda su adolescencia para sobrevivir y que al comienzo atletas de fuste como Luis Molina lo ayudaron para poder correr. Sin embargo, con el correr del tiempo y gracias a su entrenador Guillermo Roldan y a sus propias actuaciones, el sistema de meritocracia que rige en el atletismo argentino no tuvo más opción que empezar a darle un espacio. Completamente dedicado al deporte que ama y del que, confiesa, recién ahora puede vivir, Manrique es un convencido de la existencia y la presencia de Dios como nexo para lograr todo aquello que se proponga. Condiciones le sobran.
A continuación y desde Cachi, donde realiza su puesta a punto en la altura pensando en los próximos objetivos, charló con nosotros y habló de todo, desde sus fortalezas hasta las debilidades. Precisamente esas respuestas tienen algo de fe poética, pero sobre todo la madurez propia de alguien que quiere llegar a lo más alto del deporte nacional y trabaja duro para lograrlo.
Primero: ¿Imaginaste que el 2018 iba a ser tan bueno?
Sinceramente en un principio no lo creía. A fines del mes de noviembre del 2017 empecé con una molestia en la zona de la ingle que me impedía entrenar, tuve que bajarme de las últimas competencias planificadas, luego ese dolor era tan fuerte que no me dejaba caminar, así que empecé a buscar ayuda con especialistas… después de ver a muchos, me encontraron que tenía un sobre hueso en la cabeza del fémur, y que eso rozaba con la cadera y me hacía doler, que debía olvidarme del alto rendimiento y que necesitaba operarme si quería seguir caminando. Obviamente eso me shockeó, y sentía que todo había terminado para mí, pero gracias a Dios, que puso a personas de bendición en mi vida, a mediados de enero cuando el dolor bajó, decidí ir a la pretemporada con el grupo de Guillermo Roldán, mi entrenador. Los primeros entrenamientos eran trotes suaves, mucha elongación y crioterapia en los lagos patagónicos, con el pasar de los días pude retomar los trabajos con mi compañero Dante Mansilla. Las primeras competencias del año fueron un renacer , con un corazón quebrantado por la gran oportunidad de estar ahí nuevamente, para seguir el camino hacia cumplir mis sueños.

El año que se fue, casi con seguridad, fue el mejor de tu vida competitivamente hablando. En una semana bajaste tus mejores marcas en 1500 y 3000m y te metiste en el Top 10 de los rankings argentinos permanentes en ambas distancias. ¿Sos consciente de eso o trabajas día a día sin reparar tanto en lo que conseguís?
Si, me pongo a repasar todo lo que logré y lo mucho que me costó llegar hasta ahí, entonces recuerdo lo vivido en Europa y es allí cuando me doy cuenta del gran salto que di en mi carrera deportiva. Que mi nombre esté entre los grandes atletas argentinos de toda la historia es algo muy gratificante.
Tanto en Bélgica como en Luxemburgo corriste en meetings con otra vara en cuanto a niveles de competencia. ¿Cómo fue la experiencia de correr en Europa y cuál es el plus de medirte con semejantes corredores?
Sin dudas fue algo inolvidable, mirar hacia mi alrededor y observar atletas de raza africana y europea en la línea de largada, todos con el conjunto de su país, una organización que brillaba en cada detalle desde la presentación de cada atleta, los dorsales con nuestros nombres, o como poner un reloj que indique el tiempo de la prueba cada 100m, con liebres que marcaban un ritmo suicida pero que si aguantabas de seguro te llevabas una buena marca. Yo vivía cada prueba como un mundial de atletismo.
En entrevistas anteriores, particularmente en una de Página 12, te explayaste sobre tu vínculo con Dios y cómo influyó su omnipresencia en tu vida a la hora de abandonar el fútbol y empezar con el atletismo. Ahora que tus logros son mucho mayores que en aquel entonces, ¿Cómo te ayuda la religión y cuáles son los otros elementos que te permiten manejar la presión necesaria de ser protagonista del presente del atletismo?
Creo que Dios me ayuda en todo. En el día a día, en mi salud, en el poder solventar todas mis necesidades. El viaje a Europa lo decidí un mes antes de viajar y fue algo impresionante ver como Dios movía a personas en mi camino que me ayudaron a juntar más de $60.000 para que pueda ir a medir mi potencial en otro continente. Es difícil de explicar, pero cuando uno pasa por tantas cosas desde chico y de todas ellas sale ileso, puede tener fe de que alguien sobrenatural cuida de él en todo momento. A muchas personas se le hace difícil de entender esto, y dicen “si no lo veo, no lo creo” y no se dan cuenta que ahí está la clave, primero hay que creer para poder ver todo lo que Dios tienen para nosotros.
¿En qué pensar cuando competís? ¿Hay alguna estrategia para ese
pensamiento?
Primeramente trato de escuchar a mi cuerpo y las sensaciones que tengo ese día, cuando voy llegando al ecuador de la prueba, es una lucha constante entre mi cuerpo que me dice que ya no puede aguantar y mi mente que le responde tímidamente de que esta preparada para soportar ese dolor. Si logro superar eso, de seguro tengo una gran carrera. Eso sucede en las carreras de calle, en cambio en la pista, siempre voy concentrado en el ritmo cada 400m, atento al grito de mi entrenador.
Yendo hacia lo físico, sos un gran medio fondista pero este año también has incursionado en el fondo (5, 10 y 15 km) y te ha ido muy bien, bajando tus marcas. ¿Es inevitable un salto hacia la larga distancia o por ahora esas experiencias son sólo para ganar resistencia pensando en el medio fondo?
Gracias a Dios tuve buenos resultados este año en carreras de ruta, de hecho cerré el año con un subcampeonato en esta disciplina, aunque sólo las corro para cubrir la parte económica y poder seguir entrenando sin interrupciones. Con mi entrenador siempre discutimos por el paso a las distancias de 10k y 21k, él cree que entrenando para esas distancias puedo tener mejores resultados aún, y yo también lo creo. Pero también creo que todavía tengo mucho por dar en el medio fondo.
Sobre la pregunta anterior y ya que en Sudamerica es difícil competir en medio fondo por falta de nivel, en tu caso, ¿Creen que es posible buscar la marca en el medio fondo para ir a Tokio o ese traspaso hacia el maratón se dará antes de los Juegos?
Sin dudas es muy difícil dedicarse sólo al medio fondo en Sudamérica, pero no imposible, esa es una de las razones por la cual me veo obligado a correr carreras de ruta en donde el premio es en efectivo. No me molesta, me gusta correrlas, pero hay veces en donde prefiero no interrumpir los entrenamientos. Sueño con poder competir a nivel mundial en las pruebas de pista, algunas de mis marcas me dejan ilusionarme, sé que requiere de mucho tiempo y trabajo para poder bajar esos segundos que me harán pasar de nivel, pero también sé que voy bien. Soñar es el principio de todo, el que no tiene sueños ni metas entonces aún no comenzó. Con respecto al traspaso al Maratón, como te dije anteriormente, creo tener mucho por pulir en las distancias más cortas.
Hace poco lograste tu primer contacto con Nike, pero como todos los
talentosos de este país fuera de los deportes populares, tuviste que remarla y mucho. ¿Qué crees que debe cambiar o mejorar para que el atleta pueda estar más cómodo en su carrera, concentrarse en correr y planificar a largo plazo?
Hay muchas cosas que deben cambiar para que un atleta pueda dedicarse solamente a entrenar sin tener otras preocupaciones. Primeramente si no tenés el soporte económico no podes hacer nada, me indigna mucho las organizaciones de carreras donde todos los fin de semanas te juntan más de cinco mil personas y no ponen un mango en la premiación, nunca piensan en los deportistas argentinos y tampoco se dan cuenta que tal vez esa es nuestra única entrada.
¿Cómo es una semana de entrenamiento en la vida de Fabián Manrique? ¿Cuáles son tus otros pasatiempos?
Mis entrenamientos actualmente se basan en nueve a diez sesiones semanales. Un día a la semana descanso, casualmente son los domingos. Hago de tres a cuatro dobles turnos, los de la mañana son suaves por que me cuesta mucho arrancar, generalmente de 8 a 10 kilómetros con trabajos de tren superior. Martes, jueves y sábados son los días de pista o cambios de ritmos, y los demás días son de fondos de 12 a 16 km. No sumo mucha cantidad de kilómetros, de hecho mi récord personal es de 130km semanales en una pretemporada, normalmente trabajo de 90 a 105 kilómetros semanales con buena calidad.

¿Un pasatiempo de Fabian?
No tengo muchos pasatiempos, me gusta descansar bien para llegar en condiciones al próximo turno. Actualmente estoy casi todo el día en casa, estudio un curso de personal trainer de forma online, me tomo el tiempo necesario para cocinarme algo bien elaborado, escucho música, leo un poco algo de mi interés. Acepté que entrenar es mi trabajo, y como toda persona que llega de trabajar, quiere estar tranquilo en su casa. Gracias a Dios hoy tengo esa tranquilidad.
¿Cuáles son tus próximos objetivos en el mediano y largo plazo?
Mis objetivos a corto plazo será lograr la clasificación a los campeonatos sudamericanos y Panamericanos de Lima, Perú 2019. Mientras que a largo plazo mi objetivo es lograr clasificar a juegos Olímpicos y mundiales de atletismo. Es un poco ambicioso, lo sé, pero como te dije anteriormente, el principio de todo es soñar, y yo ya comencé.